Hay una música profunda viajando por el Cosmos, las esferas que habitan el universo vibran en un nuevo sentir y sus ecos viajan a velocidades supersónicas, expandiéndose y llenándolo todo con serenos impulsos de Paz y Amor.
Esas energías arriban a nuestras orillas interpenetrando las capas, sutiles, electromagnéticas, atmosféricas, biosféricas, placas tectónicas, mares, hielos, rocas y minerales, venas gaseosas, áuricas…, hasta alcanzar el corazón del planeta Tierra. El Magma de su mar central incandescente late impulsado por una fuerza renovada. El mundo se revuelve, sacude y tiembla como un adolescente sintiéndose provocada por cambios intensos..., los humanos sentimos, sufrimos las consecuencias de su transformación.
No somos ajenos, ni mucho menos, estamos totalmente condicionados, implicados en cuerpo y alma con el planeta y, aunque lo hubiéramos olvidado o guardado en el fondo de un cofre que arrojamos lejos de nuestra consciencia, lo cierto es que han hecho falta dolores, penas, desastres naturales para que volviéramos a dirigir la atención de donde nunca debería haberse ido. Somos el Planeta y Él es Nosotros.
Las estaciones llegan abruptamente a la superficie, la savia emerge con violencia hasta las yemas tímidas hasta hace dos días y hoy, se abren a la luz de un sol que se mezcla con vientos veloces, ciclogénesis, inundaciones, olas de frío/calor, temblores. Nuestro cuerpo, nuestra salud, estado anímico, se solidariza con la brusquedad de los cambios y fluctúan al unísono obligándonos a profundizar en la conexión con nuestra propia vida, historia personal, emociones íntimas, al mismo tiempo que se refleja en el exterior de nuestras vivencias, relaciones, amistades, familiares, todo lo que está sucediendo multidimensionalmente en el Mundo Entero.
La vida está despertando a otro nivel de su evolución, nosotros irremediablemente vamos a ir acompañando esta transformación, es hora de Despertar y demostrar que estamos presentes y conscientes en este Mágico y Transcendente Despertar Global.
Esas energías arriban a nuestras orillas interpenetrando las capas, sutiles, electromagnéticas, atmosféricas, biosféricas, placas tectónicas, mares, hielos, rocas y minerales, venas gaseosas, áuricas…, hasta alcanzar el corazón del planeta Tierra. El Magma de su mar central incandescente late impulsado por una fuerza renovada. El mundo se revuelve, sacude y tiembla como un adolescente sintiéndose provocada por cambios intensos..., los humanos sentimos, sufrimos las consecuencias de su transformación.
No somos ajenos, ni mucho menos, estamos totalmente condicionados, implicados en cuerpo y alma con el planeta y, aunque lo hubiéramos olvidado o guardado en el fondo de un cofre que arrojamos lejos de nuestra consciencia, lo cierto es que han hecho falta dolores, penas, desastres naturales para que volviéramos a dirigir la atención de donde nunca debería haberse ido. Somos el Planeta y Él es Nosotros.
Las estaciones llegan abruptamente a la superficie, la savia emerge con violencia hasta las yemas tímidas hasta hace dos días y hoy, se abren a la luz de un sol que se mezcla con vientos veloces, ciclogénesis, inundaciones, olas de frío/calor, temblores. Nuestro cuerpo, nuestra salud, estado anímico, se solidariza con la brusquedad de los cambios y fluctúan al unísono obligándonos a profundizar en la conexión con nuestra propia vida, historia personal, emociones íntimas, al mismo tiempo que se refleja en el exterior de nuestras vivencias, relaciones, amistades, familiares, todo lo que está sucediendo multidimensionalmente en el Mundo Entero.
La vida está despertando a otro nivel de su evolución, nosotros irremediablemente vamos a ir acompañando esta transformación, es hora de Despertar y demostrar que estamos presentes y conscientes en este Mágico y Transcendente Despertar Global.