“NO HAY CAMINO PARA LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO”.

Mahatma Gandhi
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lunes, 16 de abril de 2012

EL ALMA DEL ELEFANTE



Cuando era muy pequeña tenía una sensación de impertenencia a la tierra que me hacía mirar a todos lados con una curiosidad hambrienta, quería entender, lo necesitaba tanto como el aire que respiraba. Las voces que se erguían a mi alrededor, de adultos, que trataban de sosegarme y apaciguar una angustia que tenía forma de huida, según decían; eres demasiado imaginativa, ya crecerás y cuando toques tierra verás que todo es mucho mas fácil y lo que hoy parecen problemas irremediables o inmensos se irán haciendo cada vez más pequeños ante tus ojos. Verás que tus capacidades de humano, ser privilegiado de la creación, hecho a imagen y semejanza de Dios, que es un padre generoso, benévolo, amoroso que cuida y protege a todas sus criaturas…

Lloré mucho, algunos dicen que de hipersensibilidad, otros introdujeron en mi mente el concepto compasión, sonaba a lejano,  de otros lugares del globo y nosotros por aquí, por el mundo civilizado aun no teníamos suficientemente integrado…

Cuántas veces, imaginé mis pequeñas alas de mariposa azul con flecos plateados haciendo esfuerzos titánicos por desplegarse plenamente para alzar el vuelo y llevarme a mundos diferentes, más… buenos, pero no lo conseguía, algo me lo impedía ya desde bien temprano, un brote de sensatez y realidad que se me iba colando por las fisuras de la inocencia de la niñez, decían que ya daba signos de estar creciendo y que sobre todo se me notaba en la adquisición de ciertas responsabilidades que empezaba a asumir, como por ejemplo, fregar los platos…

Quise irme, desde que recuerdo,  aunque aprendí a exteriorizar cierto grado de complacencia con el medio, no me sentía, ni de aquí, ni ser humano, ni nada importante que tuviera un sentido en este plano. Trataba de imitar conductas que eran bien aceptadas y reconocidas como normales, mientras, intra realidades tejía la mía propia, la de quien va haciendo pruebas de ensayo, acierto, error. Siempre se me escapaba por alguna rincón imprevisto algún signo pequeñito de lo que brillaba en el fondo de mi Ser, una rebeldía a lo establecido, a la norma, a lo que no encontraba ni el sentido que le proferían, ni la sensatez, ni la responsabilidad, ni nada de nada, bueno, no es del todo cierto, si le encontraba algo, incoherencia manifiesta, doblez, tapadera, falta de claridad, doble rasero, deshonestidad, falta de elegancia, la incorrección que pretendía tratar de evitar se le escapaba al sistema, a la educación, a la distancia de la esencia por todas partes y al parecer los ojos de los adultos no lo apreciaban, mientras para un ser que quería comprender mas allá de lo evidente trataba desesperadamente de hacer encajar dentro y fuera de sí mismo… sin éxito.

Se han escuchado improperios de todo tipo y color, que no vale la pena reproducir y que quien lea estas letras sabe de sobra a lo que me refiero. Pero hoy, todo descabalga y pone pie a tierra sin más demora, porque ya no es uno el que decide sus avatares, son estos los que se nos imponen por ley superior, de ningún modo humana, que ya ha demostrado sus crasos errores. Es la vida, sometiéndonos a todos a gran revisión por fuera, a la vista de los demás, haciendo de este ejercicio la mayor oportunidad para aplicarnos por dentro, claro, el lugar sagrado, aquel espacio íntimo, solitario, del yo con el yo mismo, donde no hay diferencias, jerarquías, intereses de otro tipo que no sea el autentico aprendizaje de esta aventura de vivir que en tantas ocasiones, todas, tratamos de exponer y expandir.

Le agradecemos a todo aquel que con sus ejemplos de vida, correctos o no, nos brindan la oportunidad de ver en el exterior la equivocación para a continuación reunir el valor personal de hacer lo propio en nuestra existencia.

Gracias, entre muchas, porque puedo volver a permitirme el lujo de ser todo lo que quiero en cada ocasión, porque la norma impuesta, no es la única manera de estar, de ser, de vivirse, porque han dejado libre al ave, al reptil, al paquidermo… que nos habita el alma global, porque hoy estamos más cerca que nunca de darnos cuenta, que somos todos UNO, señores de un mundo que inocentemente nos reclama que está a nuestro cuidado y que justamente la relación es reciproca por ser está, auto reveladoramente la Realidad Responsable de nuestra Magnánima Majestad.