Querida madre Tierra:
Como siempre te guardas ases maestros en la manga, menudo dilema está planteando esta pequeña Princesa Índigo de 13 años. El mundo sesudo de las tertulias de opinión de todos los medios informativos andan de cabeza, impresionados, sin poder dilucidar el signo de las decisiones de los médicos que pensaban denunciar a los padres de la niña, la propia decisión de los padres que abalan y piden respeto para la libre decisión de su pequeña, ¿qué no darían por evitar toda esta situación?.
Cómo explicarles a los seres humanos en su conjunto qué es lo que la pequeña Hannah representa, a lo que generosamente su alma le pone cara, cabellos dorados y mirada profunda y sabia es: todos deberíamos tener derecho a elegir sin interferir en los demás, la vida Sí, por supuesto, pero tal vez, no a cualquier precio, los fines no justifican los medios, eso es muy obvio, sin embargo, el grupo humano que habita el planeta no se aplica nunca el principio de autorreflexión.
¿Qué le pasa al ser humano, que hoy se rasga las vestiduras por la decisión de Hanna con apoyo familiar y grupo humano de médicos?, ¿es que acaso no se da nadie cuenta de que esta situación nos pone a todos como un solo ente frente a nuestra contundente realidad? ¿Quién ha preguntado a la población de África, de Asía, de Oceanía, si se someten o no a la indiferencia de la población occidental, Europea, Norteamericana, etc?, ¿es que acaso hay alguien hoy sobre el planeta que tenga una tv o radio que pueda esconderse bajo el paraguas de la desinformación de la absoluta inconsciencia?.
¿Por qué esos cientos miles de millones de las monedas más potentes del mundo para sufragar armas, campañas publicitarias inútiles o tecnologías que esquilman una parte del mundo para humillarla más si cabe y luego revenderles los frutos elaborados de lo que se les arrebató a golpe de contratazo y corbata?.
Señores Dirigentes del mundo CIVILIZADO, entre todos ustedes que gozan de posicionamiento privilegiado, información avanzada, asesoramiento de mentes instruidas en las mejores escuelas y posibilidad de cambiar el signo de los tiempos, dice Hanna con su manifestación libre, franca y directa, ¿a qué viene tanto escándalo?, acaso no fuman los mayores, beben, juegan, humillan a otros seres humanos por activa o por pasiva, es que no han aprendido suficientemente a mirar hacia otro lado que una pequeña de 13 años les llama tanto la atención. Si es verdad que esto les remueve tanto, dirijan sus esfuerzos en apoyar la investigación de sistemas y productos médicos que no tengan como contrapartida esa lista sin fin de contraindicaciones y de efectos secundarios, permitan que los diferentes sistemas sanadores colaboren conjuntamente para conseguir lo que todos queremos, un mundo Sano. Hablen alto y claro y sean sinceros con sus conciudadanos, utilicen los medios que hoy existen a nuestro alcance por llevar a cada hogar, conocimiento, comprensión, consciencia de nuestro común y precioso hogar que es este Planeta Tierra. Deben abolir las guerras, los abusos de poder, las diferencias, la enfermedad, el hambre..., implanten la Paz, la Salud, los Derechos para todos junto con las correspondientes responsabilidades.
Díganle a Hannah con sus actos coherentes de hombres cabales, maduros y con todo el derecho moral a ponerse delante de otro ser humano que se auto sacrifica, que esta vida es merecedora de arriesgarse por ella, que esconde muchos caminos secretos, imaginación y fantasía, atajos que te llevan por el crecimiento personal, que comprenden su necesidad de descansar y de sentirse viva entre los suyos, segura, amada, cobijada, pero que, todo el planeta se encamina en la conquista de sí mismo, en la reconexión de su esencia, en la lealtad de un compromiso con sus habitantes, hijos y amigos de la naturaleza. Empéñense con verdadera fuerza de convicción en contrarrestar los signos que probablemente estén grabados en su retina de 13 años a golpe de telediario publicitario de la maldad del ser humano no crecido, no desarrollado, involucionado. Díganle que nunca más se levantará una mano, ni desnuda, ni mucho menos armada por fusil, cuchillo, o machete contra nada vivo en este mundo. Pónganse señores del mundo la mano en el corazón y prométanle a la pequeña Princesa Índigo de 13 años Hanna que no está sola, que todos estamos con ella y con todos los niños del mundo, los que saben que nacen con una esperanza corta de vida y que, aún así continúan viniendo para darnos a todos la oportunidad de mirarles a sus pequeños y profundos ojos llenos de esperanza de que un día los hombres maduros de una sociedad consciente, plural, sana y coherente tomen las riendas del planeta valientemente, con honor, ejercicio de servicio sincero, total entrega al género humano y a toda criatura divina, como ella. Hablen con el corazón Señores, puesto que es un corazón el que hoy está a la escucha.
Como siempre te guardas ases maestros en la manga, menudo dilema está planteando esta pequeña Princesa Índigo de 13 años. El mundo sesudo de las tertulias de opinión de todos los medios informativos andan de cabeza, impresionados, sin poder dilucidar el signo de las decisiones de los médicos que pensaban denunciar a los padres de la niña, la propia decisión de los padres que abalan y piden respeto para la libre decisión de su pequeña, ¿qué no darían por evitar toda esta situación?.
Cómo explicarles a los seres humanos en su conjunto qué es lo que la pequeña Hannah representa, a lo que generosamente su alma le pone cara, cabellos dorados y mirada profunda y sabia es: todos deberíamos tener derecho a elegir sin interferir en los demás, la vida Sí, por supuesto, pero tal vez, no a cualquier precio, los fines no justifican los medios, eso es muy obvio, sin embargo, el grupo humano que habita el planeta no se aplica nunca el principio de autorreflexión.
¿Qué le pasa al ser humano, que hoy se rasga las vestiduras por la decisión de Hanna con apoyo familiar y grupo humano de médicos?, ¿es que acaso no se da nadie cuenta de que esta situación nos pone a todos como un solo ente frente a nuestra contundente realidad? ¿Quién ha preguntado a la población de África, de Asía, de Oceanía, si se someten o no a la indiferencia de la población occidental, Europea, Norteamericana, etc?, ¿es que acaso hay alguien hoy sobre el planeta que tenga una tv o radio que pueda esconderse bajo el paraguas de la desinformación de la absoluta inconsciencia?.
¿Por qué esos cientos miles de millones de las monedas más potentes del mundo para sufragar armas, campañas publicitarias inútiles o tecnologías que esquilman una parte del mundo para humillarla más si cabe y luego revenderles los frutos elaborados de lo que se les arrebató a golpe de contratazo y corbata?.
Señores Dirigentes del mundo CIVILIZADO, entre todos ustedes que gozan de posicionamiento privilegiado, información avanzada, asesoramiento de mentes instruidas en las mejores escuelas y posibilidad de cambiar el signo de los tiempos, dice Hanna con su manifestación libre, franca y directa, ¿a qué viene tanto escándalo?, acaso no fuman los mayores, beben, juegan, humillan a otros seres humanos por activa o por pasiva, es que no han aprendido suficientemente a mirar hacia otro lado que una pequeña de 13 años les llama tanto la atención. Si es verdad que esto les remueve tanto, dirijan sus esfuerzos en apoyar la investigación de sistemas y productos médicos que no tengan como contrapartida esa lista sin fin de contraindicaciones y de efectos secundarios, permitan que los diferentes sistemas sanadores colaboren conjuntamente para conseguir lo que todos queremos, un mundo Sano. Hablen alto y claro y sean sinceros con sus conciudadanos, utilicen los medios que hoy existen a nuestro alcance por llevar a cada hogar, conocimiento, comprensión, consciencia de nuestro común y precioso hogar que es este Planeta Tierra. Deben abolir las guerras, los abusos de poder, las diferencias, la enfermedad, el hambre..., implanten la Paz, la Salud, los Derechos para todos junto con las correspondientes responsabilidades.
Díganle a Hannah con sus actos coherentes de hombres cabales, maduros y con todo el derecho moral a ponerse delante de otro ser humano que se auto sacrifica, que esta vida es merecedora de arriesgarse por ella, que esconde muchos caminos secretos, imaginación y fantasía, atajos que te llevan por el crecimiento personal, que comprenden su necesidad de descansar y de sentirse viva entre los suyos, segura, amada, cobijada, pero que, todo el planeta se encamina en la conquista de sí mismo, en la reconexión de su esencia, en la lealtad de un compromiso con sus habitantes, hijos y amigos de la naturaleza. Empéñense con verdadera fuerza de convicción en contrarrestar los signos que probablemente estén grabados en su retina de 13 años a golpe de telediario publicitario de la maldad del ser humano no crecido, no desarrollado, involucionado. Díganle que nunca más se levantará una mano, ni desnuda, ni mucho menos armada por fusil, cuchillo, o machete contra nada vivo en este mundo. Pónganse señores del mundo la mano en el corazón y prométanle a la pequeña Princesa Índigo de 13 años Hanna que no está sola, que todos estamos con ella y con todos los niños del mundo, los que saben que nacen con una esperanza corta de vida y que, aún así continúan viniendo para darnos a todos la oportunidad de mirarles a sus pequeños y profundos ojos llenos de esperanza de que un día los hombres maduros de una sociedad consciente, plural, sana y coherente tomen las riendas del planeta valientemente, con honor, ejercicio de servicio sincero, total entrega al género humano y a toda criatura divina, como ella. Hablen con el corazón Señores, puesto que es un corazón el que hoy está a la escucha.
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