“NO HAY CAMINO PARA LA PAZ, LA PAZ ES EL CAMINO”.

Mahatma Gandhi
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lunes, 20 de octubre de 2014

NOS HICIMOS AIRE... PARA HABITAR “TIERRA, ALMA Y SOCIEDAD”



Aun emocionados, con los ojos chispeantes de húmeda alegría,  firma notarial de lo mucho y bien compartido con otras Almas afines.

Con estas letras, gesto pequeño pero muy sentido a modo de correspondencia a la organización del evento, la buena gente de “Gaia y Sofia”, Lidia, Sebastian, etc., familiares y amigos, al reencuentro de los “3 Sentidos” con  “Tierra, Alma y Sociedad”, a todos los que estabais física y/o energéticamente en el lugar, espacio y tiempo que contuvo el múltiple regalo de escuchar con deleite a Satish Kumar, Ignacio Abella y Gustavo Dush.

Las palabras se contienen por respeto a la Alta Consciencia reunida, sembrando flores en el aire, caricias para los sentidos… todo estaba colocándose en su sitio, sin esfuerzo, fluyendo como también el aire lo hace, aprovechando los huecos, los supuestos vacíos, que no existen, ahora ya sabemos,  por fin lo rubrica la ciencia con su Teoría Cuántica. Mas se realizará el atrevimiento emulando a los valientes que al final de la jornada, micrófono en mano de “El Bosque Habitado”,  compartieron sus memorias íntimas y personalísimas de huellas imborrables, emotivas vivencias y experiencias en la naturaleza, compromisos heredados  con los árboles, que son, el aire materializado en robustas antenas de energía.

Escuchamos, vimos y degustamos delicias realizadas por el Ser Humano Crecido, sencillo y cercano como sólo los grandes saben ser, presentes en los actos del vivir, amorosos en el silencio compartido, cómplices en la mirada franca y profunda que se cuela hasta el infinito interno, tocando cual barita mágica, la esencia misma de la comunión entre Almas.

La intención de este gesto es de agradecimiento, Al Espacio “La Ventuca”, por tan generosa coparticipación de su buen hacer y previsión de servicios, como representante de la Tierra. A los Ponentes por tan alta calidad de Activismo Positivo, a los simpáticos responsables  de la traducción simultánea, por sus amables, exquisitas y artísticas Oratorias, en representación del Alma Común y a la respuesta humana participativa como Sociedad Consciente de Ser. A todos en conjunto por materializar la maravillosa muestra de una nueva realidad en Pie de Paz.

Gracias a Ian por  compartir su existencia angelical con los Hijos de la Tierra y a los artistas del pincel, la artesanía, la palabra y la intención hechas caricias.






lunes, 6 de octubre de 2014

HECHOS DE MAR


Al posar tus pasos en la arena, una terapia múltiple se pone en funcionamiento. Un cielo increíblemente azul, sobre la superficie del mar que lo refleja, dona la intensidad de sus profundidades emergiendo a la superficie la extensión de sus brazos queriendo atraer al adorado cielo, siempre juntos, siempre sutilmente definidos, esto si es verano y luce el sol en las alturas cósmicas; en invierno, el paisaje se transforma en una fusión de azules intensos y grises tormentosos, furiosos al encuentro apasionado de su espejo terreno.

En estas latitudes últimamente el verano perezoso se ha instalado más que de costumbre, dándole un respiro al relevo del otoño y, mientras uno asoma tímido su tez de mil colores en las copas de los árboles, el otro se enseñorea complaciente a la luz de mis ojos que también se resisten a esta despedida, he disfrutado de la prorroga como nunca antes, me he deleitado con el agua lamiendo la orilla dulce y calmada. Los brillos oblicuos del sol han craquelado la superficie del agua sobre la arena, mostrándome en inaprensibles instantes, los pedazos de cielo a modo de perfecto rompecabezas.

Las olas del mar tienen un ritmo tan cadencioso que se te meten en lo profundo de la materia revelando al pecho como excelente resonador de océanos inmensos, éstos pugnan por dejar aflorar sus aguas más ignotas a la superficie, a la luz, a la propia comprensión de uno mismo, con el mar, el cielo, el sol, el Todo.

 De nuevo se me ha colado dentro la sal del mar, no me había dado cuenta cuánto la echaba de menos. Eso pasa por estar en otras cosas y no dedicarse al gusto, a la complacencia del alma. Cuando respiras la sal, el yodo del mar, te sanas, limpias la mente, la emoción, el físico, de tantos líos que nos quieren hacer creer que son importantísimos. Necesitamos el mar para regresar a la casa interior de la que surgimos.

Hoy he vuelto a la orilla y el paisaje veraniego se ha despedido de mí, cariñosamente firme, me ha dicho alto y claro: vas a tener que replantearte el atuendo de fuera y de dentro, vamos a comenzar la transformación estacional de los mil tonos de gris, azul y cobalto. El agua rugía con cierto descaro, cercano, con un ímpetu de comedida amenaza me acompañaba paralelamente recordándome, estoy muy cerca y no debes perderme de vista. Mientras el cielo se iba tornando algo brujeril he divisado una lengua de mar que avanzaba rodeándome, limitándome el paso si osaba ir más allá de lo sensato. Creo haber comprendido, he de volver sobre mis pasos, si quiero salir de tal atrevimiento, indemne. Entonces se ha abierto un velado claro en el cielo sobre mi cabeza, la arena ha vuelto a brillar y la espuma blanca de las olas sonoras han tocado una marcha en nuestro común honor.


Somos libres, somos eternamente cómplices de la vida y su aventura, si nos prestamos la atención debida, nada nos ha de faltar.