Criaturas todas bellas, Hijos del Cielo, Hermanos de la Naturaleza misma que ha engendrado todo lo viviente. Pónganse manos a la obra y manifiesten con sus hermosas labores ese diseño divino que guardan en las entrañas mismas de sus corazones.
Hagan realidad sus sueños, las miles de ideas preciosas que pueblan su mente en reposo y sosiego, déjense embriagar por la corriente de luz que inunda el aire, los mares, el verde manto de la Tierra.
Esculpan en la materia física de su existencia todo aquello que desean para bien de todos, los presentes y los por venir. Con Coraje y dignidad de legales herederos del Cosmos recojan el testigo de su tiempo y acunen con amoroso quehacer diario las bondades de las Almas encendidas de una pasión que transciende todo lo hasta ahora experimentado.
Les he visto rogar, desesperar y casi hasta la extenuación sus llantos imploraban piedad para el mundo y un instante de gloria. Éste es el tiempo, y ustedes los protagonistas indiscutibles, salgan al mundo, puéblenlo con sus emociones buenas, lleven allá donde les deposite el viento del destino, todos los lugares que sus pies toquen, todas las miradas que recaben su atención, acaricien a los fatigados de espíritu y alimenten sus sentidos con el arte sin par del Jardinero del Mundo que lo son todos, los que han acudido al reclamo de su nombre, de este escrito y de otros parecidos, de todos los anuncios que silentes y discretos, finos y ajustados en su medida, forma y fondo del mensaje les ha conmovido en la vida. Atentos como estaban a la orden, en el punto de partida preparados, prestos a la labor encomendada, sin temor a la postura de su sombra o su estrategia, vigilantes de la esencia que derrama la excelsa eternidad que les asiste.
Vengan a mí, Jardineros del Mundo
como el ejército pacífico que durmiente aguarda,
cual bella y virginal doncella, la llamada.
Inocente es el Alma que el valiente entrega.
Vengan les digo, ahora sí, ya sin demora,
pues la Tierra está presta y Gaia el alma del Planeta,
anhela esponsales de magistral destreza con aquel que la honra.
Vengan a mí Hijos de la Vida,
La Madre les espera.
*
2 comentarios:
Es la segunda vez que lo leo y habrá más. Comentarlo sería como empañar un cristal puro con el aliento, sólo puedo (y debo) agradeceros por estos canales que nos abrís hacia la Vida. Me siento convocada y acudiré con una sonrisa.
Un abrazo luminoso y primaveral.
Querida Nina, siempre es delicioso recibir sensibles reflexiones. Gracias por acudir al llamado, es una alegria de vivir. Invitarte tambien a fortalecer los lazos de complicidad de estos tus amigos del Alma. Recibe nuestro cariño desde el Norte, ya primaveral.
Publicar un comentario